¡Hola a todos! Hoy, el pastor Miguel nos llevó a través de la lectura de Deuteronomio 21 y 22, abordando temas antiguos pero sorprendentemente relevantes para nuestra sociedad actual. El sermón se centró en la importancia fundamental de la unión conyugal y la paternidad, bajo el título “Familias Fuertes, Corazones Compasivos”.
El pastor comenzó recordándonos la serie de Deuteronomio, que es la exhortación de Moisés a la nueva generación de Israel, animándolos a recordar la ley y a afirmar su identidad como hijos de Dios a través de la obediencia. El versículo lema de la serie es claro: “¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?”
Tomando el ejemplo de figuras mediáticas de nuestra actualidad, el pastor destacó la desvalorización del vínculo matrimonial fiel y la paternidad responsable en la sociedad. Subrayó que, aunque somos pecadores, la Palabra de Dios no relativiza la seriedad de estas cuestiones.
La porción bíblica leída, aunque con pasajes complejos, aborda cómo Dios, en la antigüedad, protegía y valoraba la intimidad del matrimonio y la virtud de la virginidad. Se establecían penas capitales para el adulterio y la violación, no por crueldad, sino para erradicar el mal de la comunidad y preservar la santidad del pueblo de Dios. Incluso en el contexto de la guerra, se exigía respeto hacia las mujeres cautivas, prohibiendo la violencia y permitiendo la unión solo tras un período de luto y purificación cultural.
El mensaje enfatizó cómo la ley divina protegía a la mujer de calumnias y abusos por parte de los esposos, valorando la virginidad y la fidelidad matrimonial. Dios, desde Génesis, bendijo la procreación dentro de la intimidad matrimonial. Sin embargo, el adulterio y la fornicación son pecados que, aunque subestimados hoy, la Biblia condena con severidad. Pablo en 1 Corintios 6 nos insta a huir de la fornicación, recordándonos que somos un solo espíritu con el Señor. Jesús, por su parte, profundiza el concepto, revelando que incluso la codicia en el corazón es adulterio.
El sermón culminó con la poderosa necesidad de tener corazones compasivos. Si bien Moisés permitió el divorcio por la dureza del corazón humano, el diseño original de Dios no fue así. La compasión, definida como la capacidad de reconocer el sufrimiento del otro y el impulso de ayudar, es vital. En un matrimonio entre dos pecadores, el perdón es la clave. Así como Dios nos perdonó una deuda impagable, estamos llamados a perdonar a nuestros cónyuges e hijos, cultivando un corazón tierno que busca la reconciliación y la restauración.
La fidelidad conyugal, aunque desafiante en una sociedad que a menudo la socava, es un compromiso con nuestra identidad en Cristo. Debemos esforzarnos por mantenerla, cuidando nuestros pensamientos y acciones. El pastor animó a las familias a ser fuertes, ejercitando el perdón y la compasión, porque un hogar donde Cristo y su perdón habitan es lo más parecido al cielo en la tierra.
Versículos Clave del Sermón:
- Deuteronomio 10:12-13 (RVR60): “Ahora pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?”
- Deuteronomio 21:10-14 (RVR60): “Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos, y vieres entre los cautivos alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer; la meterás en tu casa, y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa, y llorará a su padre y a su madre por un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu mujer. Y si no te agradare, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste.“
- Deuteronomio 22:13-21 (RVR60): (Se refieren a las leyes sobre la virginidad nupcial y las calumnias del marido, culminando con la pena capital para la fornicación de una desposada).
- 1 Corintios 6:18-19 (RVR60): “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”
- Mateo 5:27-28 (RVR60): “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.“
- Mateo 19:8 (RVR60): “Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.“
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