Hoy exploraremos un tema fundamental para la vida de la iglesia: los dones espirituales. A través de la primera parte de esta serie, el orador nos invita a no ignorar este tema y a entender su vital importancia. El mensaje principal es claro: todo creyente tiene al menos un don espiritual dado por el Espíritu Santo, y tiene la responsabilidad de usarlo para la edificación mutua del cuerpo de Cristo.
La Definición y Propósito de los Dones
El orador comienza aclarando lo que los dones espirituales no son: no son talentos naturales, ni el fruto del Espíritu (cualidades que todo creyente debe evidenciar), ni algo que se gana por mérito personal.
Definición: Un don espiritual es una capacidad sobrenatural dada por el Espíritu Santo en el momento de la conversión. Su propósito es que el creyente sea un canal a través del cual el Espíritu Santo ministra al cuerpo de Cristo.
La fuente de estos dones es la Trinidad: el Espíritu Santo es el dador, el Señor Jesús es el modelo para el ministerio, y Dios el Padre es el que opera en todos. El propósito es el “provecho” del cuerpo de Cristo, la ayuda mutua, la edificación y, en última instancia, ayudarnos a madurar como iglesia, reflejando la imagen de Cristo. Cuando los dones se ejercen sin este propósito, pueden generar desorden, división e inmadurez.
La Responsabilidad de Usar Nuestros Dones
La analogía que el predicador utiliza, tomada de 1 Corintios 12, es la del cuerpo humano. Al igual que un pie no puede decir que no es parte del cuerpo, ningún creyente puede alegar que no tiene un don o que su servicio no es necesario. Cuando un miembro no funciona, todo el cuerpo es afectado. Si usted ha nacido de nuevo en Cristo, usted tiene un don espiritual. No servir es un síntoma de ignorancia o, en el peor de los casos, de no ser parte del pueblo de Dios.
El orador nos recuerda que el trabajo en la mies es enorme, pero que los obreros son pocos. Por eso nos exhorta a no poner excusas, a no decir que no hay lugar para servir, sino a convertirnos en una respuesta a la oración del Señor de la mies. La fecha límite para servir es cuando estamos muertos; mientras tengamos vida, tenemos la responsabilidad de poner al servicio de la iglesia el don o dones que Dios nos ha dado.
Versículos Clave
- 1 Pedro 4:10: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.”
- Efesios 4:16: “De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
- 1 Corintios 12:7: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.”
- Proverbios 3:5-6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.”
- 2 Corintios 4:7-9: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no 1destruidos.”
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