En el sermón de hoy, examinaremos las últimas palabras de un gigante de la fe: Moisés. Antes de morir, Moisés bendijo a las tribus de Israel, recordando la fidelidad de Dios en el pasado, presente y futuro. Su mensaje principal es que la clave para enfrentar cualquier desafío, por grande que sea, es poner la mirada en el carácter y la grandeza de Dios.
El orador nos guió a través del Deuteronomio 33, destacando tres aspectos de la fidelidad de Dios:
- En el Pasado: Moisés comienza recordando la revelación de Dios a través de la ley. La llegada de la ley fue un “amanecer” que trajo luz y entendimiento al pueblo, que antes vivía en la oscuridad espiritual. El predicador subraya seis bendiciones que el pueblo recibió:
- Fueron amados por Dios.
- Fueron consagrados a Él.
- Estuvieron bajo Su protección.
- Fueron dirigidos por Él.
- Recibieron Su ley.
- Él fue su Rey.Estas bendiciones no solo se aplican a la nación de Israel, sino que los creyentes en Cristo también podemos participar de ellas espiritualmente.
- En el Eterno Presente: El orador enfatizó que la clave para superar la ansiedad y el dolor no está en la autocompasión, sino en la adoración a Dios. La fidelidad de Dios no es la de un ser débil, sino la de un ser invencible y absolutamente soberano. Él es la única variable independiente, no afectada por nuestros problemas. Moisés lo describe como “quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda,” una figura de un guerrero poderoso que viene en nuestra defensa.
- En el Futuro: Moisés pronuncia bendiciones proféticas para cada una de las tribus de Israel, que no son simples buenos deseos, sino que son promesas que se cumplirían. Esto nos recuerda que la fidelidad de Dios amarra Sus promesas a Su carácter inmutable. Él es nuestro refugio, que nos protegerá y nos dará la victoria, no por lo que nosotros hagamos, sino por lo que Él es.
La próxima vez que enfrentes una prueba, en lugar de enfocarte en tu dolor, levanta tu mirada y contempla al Dios que cabalga sobre los cielos. Su poder y Su fidelidad son la fuente de nuestra paz y fortaleza.
Versículos Clave
- Deuteronomio 33:26: “No hay Dios como el Dios de Jesurún, quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda, y sobre las nubes con su grandeza.”
- Deuteronomio 33:27: “El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos; Él echó delante de ti al enemigo, y dijo: Destruye.”
- Deuteronomio 33:29: “Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro, y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, y tú hollarás sobre sus alturas.”
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