El Orador Fabricio Galli nos guió a través de una reflexión profunda sobre la pecaminosidad inherente de la humanidad desde Génesis, y cómo Dios, en su soberanía y amor, eligió a Israel para ser un instrumento de bendición para todas las naciones. La historia del pueblo de Israel, desde su llegada honrosa a Egipto hasta su esclavitud y liberación, nos enseña una lección fundamental: la necesidad humana de Dios y su poder redentor.
El sermón destacó que la experiencia de Israel en Egipto, aunque dolorosa, los igualó a todos en su condición de necesidad y opresión. Esta realidad les llevó a clamar a Dios, quien, sin ninguna condición previa, los liberó por pura gracia. Solo después de la liberación, Dios estableció su pacto y sus leyes, deseando que su pueblo viviera en santidad.
El pastor enfatizó que este principio es totalmente aplicable a nosotros hoy. Independientemente de nuestras diferencias sociales, económicas o académicas, lo que nos une como iglesia es nuestra condición común de pecadores sin Dios. Antes de conocer a Cristo, estábamos espiritualmente muertos, siguiendo las corrientes del mundo y los deseos de la carne, merecedores de la ira divina.
La clave, según el mensaje, es ser conscientes de nuestra propia debilidad e inmundicia ante Dios. Esta conciencia no es para condenarnos, sino para que podamos valorar la obra de Cristo y apreciar su amor y gracia infinitos. Así como Dios rescató a Israel de la esclavitud sin condiciones, Él nos rescató del pecado cuando aún estábamos “muertos”.
Si recordamos de dónde nos sacó Dios y reconocemos que no hicimos nada para merecer su salvación, las diferencias entre nosotros como creyentes se desvanecen. Esto nos lleva a vivir en humildad, gracia y amor mutuo, absteniéndonos de juzgar, criticar o hacer daño. La meta es vivir como una iglesia diversa pero unida, perdonándonos unos a otros, porque el amor de Dios nos ha restaurado del pecado más grave, el cual solo pudo ser expiado por la muerte de Jesús en la cruz.
Finalmente, el orador hizo un llamado a pedir a Dios que nos muestre nuestra debilidad si aún no la vemos, y que nuestros hijos, aunque prosperen, también reconozcan su necesidad de Él. Porque un hogar y una iglesia donde Cristo y su perdón están presentes es lo más parecido al cielo en la tierra.
Versículos Clave del Sermón:
- Deuteronomio 10:12-13 (RVR60): “Ahora pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?”
- Significado en el sermón: Este pasaje, el lema de la serie, resalta la unión del amor y el temor a Dios, y el propósito de la obediencia para el bien del pueblo.
- Significado en el sermón: Este pasaje, el lema de la serie, resalta la unión del amor y el temor a Dios, y el propósito de la obediencia para el bien del pueblo.
- Deuteronomio 24:18 (RVR60): “Sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Jehová tu Dios; por tanto, yo te mando que hagas esto.” (También mencionado en Dt 24:22 y Dt 5:15)
- Significado en el sermón: Este es el principio central de la enseñanza, enfatizando la importancia de recordar nuestra condición pasada de necesidad y la gracia de Dios en nuestra liberación.
- Significado en el sermón: Este es el principio central de la enseñanza, enfatizando la importancia de recordar nuestra condición pasada de necesidad y la gracia de Dios en nuestra liberación.
- Deuteronomio 10:19 (RVR60): “Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.”
- Significado en el sermón: Un mandato que se deriva de recordar la propia experiencia de opresión, llevando a la empatía y el cuidado por los vulnerables.
- Significado en el sermón: Un mandato que se deriva de recordar la propia experiencia de opresión, llevando a la empatía y el cuidado por los vulnerables.
- Efesios 2:1-5 (RVR60): “Y él os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).”
- Significado en el sermón: Este pasaje del Nuevo Testamento subraya nuestra condición de “muertos en pecados” y la inmensa gracia de Dios que nos dio vida por medio de Cristo.
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